ALFABETICAMENTE HABLANDO...

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20101224

N... DE NAVIDAD

Está harta de la bondad navideña, está harta de los buenos sentimientos de diciembre, de los insoportables villancicos que oye por las radios que se escapan por las ventanas mal cerradas, de las estrellas de bombillas y de ese permanente cuento de Navidad en el que siempre revive para no avanzar nunca. Está tan asqueada que se le ocurre la posibilidad de acabar de una vez, de encender la cerilla y, en vez de observar el cielo en busca de la abuela, darse prisa a acercarlo a la puerta de la casa, de forma que la madera -quizás simple cartón piedra- empiece a arder tan rápido que el fuego se extienda de inmediato al resto de aquella casa de gente falsamente feliz, a la ciudad entera -por lo menos a las cuatro calles que conoce, porque quizás no hay nada más-, y desde allí a las páginas del libro donde todo eso revive siempre, y del libro al escritorio del maldito narrador que la condenó a repetir, año tras año, el mismo melodrama infantil. ¡Que se queme todo!

Quim Monzó. TRES NAVIDADES Edit. Acantilado

20101212

S... DE SOMBRAS

Criaturas de la sombra
No podré nunca desencarcelaros,
maravillosos, que abrasáis mi boca.
Dedos de luz, hundidos en la roca,
de vuestro rico mineral avaros.
Libertaros: nombraros. Libertaros:
mataros... Vuestro fuego desemboca
en mi garganta, mata cuanto toca,
muere -morís- bajo los cielos claros.

Maravillosos de la sombra. Sones
otorgadores de secretos dones,
a silencios perpetuos os sentencio,

a vivir, prisioneros, siempre a oscuras.
(Silencio.) Impronunciables criaturas
que no (silencio)... naceréis. (Silencio.)
Jose Hierro. CUANTO SE DE MÍ. Edic. La Palma

20101207

D... DE DINERO

Lo cierto es que usted considera que soy un hombre digno, y usted, mátochka, es incomparablemente mejor que todos ellos. ¿Cuál es entonces la mayor virtud de un ciudadano? El otro día, en una conversación privada, Yevstafi lvánovich defendía que la virtud más importante de un ciudadano es saber hacer dinero. Hablaban en broma (lo sé positivamente), pero la moraleja es que no hay que ser una carga para nadie; ¡y yo no soy ninguna carga para nadie! No me falta mi pedazo de pan; es verdad que es un simple pedazo de pan, y hasta duro a veces; pero no me falta, lo he conseguido con mi esfuerzo para consumirlo de manera legítima e irreprochable. ¡Qué le voy a hacer!
Fiodor Dostoievski. POBRE GENTE (Edit. ALBA)

20101203

C... DE COMUNICARSE

Sin embargo, en otra ocasión, en el vestíbulo subterráneo del metro, donde estalló de repente una pelea por un motivo cualquiera, Budai tuvo la extraña sensación de que la demás gente, también, no hacía más que proferir expresiones sonoras completamente desprovistas de sentido y que, claramente, nadie escuchaba a nadie. ¿Habría que contemplar la posibilidad de que las propias personas no se comprendan unas a otras? ¿Que los habitantes se expresen en dialectos variados, incluso en idiomas varios? Por un momento, una idea descabellada le pasa por la cabeza, que, por cierto, tiene bastante recalentada: ¿habrá acaso tantas lenguas como personas hay?
Ferenc Karinthy. Metrópolis, Edit. Funambulista.